País: Venezuela
Alcance: Comunitario
Tipo de práctica: Educativa
Palabras clave: Formación artesanal, convivencia pacífica, autoestima, trabajo colaborativo,
educación para la paz.
¿Qué hacemos?
Es un modelo de enseñanza productiva fundamentado en la motivación a estudiar, desarrollo de una cultura de trabajo y la promoción del ahorro y estimula el trabajo en equipo. La metodología consiste en hacer programas de formación adaptados a las necesidades de muchachas y muchachos y no un programa al cual ellas y ellos deben adaptarse. Las personas son el centro de la acción y, por tanto, el proceso es más importante que los objetivos del programa. La formación artesanal es la excusa para incorporar una educación para la paz, es decir, junto al aprendizaje de unas técnicas y la realización de un trabajo productivo que les permita ir elevando su calidad de vida por su propio esfuerzo, se les brindan herramientas que les empoderen para superar historias de violencia física y psico-emocional en el medio familiar y social del que proceden. La enseñanza de un arte y un oficio ayuda a elevar la importancia del trabajo colaborativo a partir del cual se fomenta la solidaridad, el respeto mutuo, la convivencia pacífica, la responsabilidad, el sentido del logro y el espíritu emprendedor.
El Programa se desarrolla y se ajusta con las y los muchachos, no se les impone. Se respeta el proceso colectivo y se promueve el consenso en la toma de decisiones entre quienes facilitan la formación, quienes coordinan las acciones y quienes reciben la instrucción en artes y oficios
Proporciona una formación que permita a las y los adolescentes, el desarrollo de habilidades y destrezas en un oficio productivo, así como desarrollar un proceso formativo que les lleve a reconocer el valor del estudio y/o la preparación en una profesión u oficio que les permita construir un proyecto de vida sano y provechoso, descubrir de manera asertiva sus potencialidades y limitaciones y aumente su autoestima, reconocer y practicar el respeto, la responsabilidad y convivencia pacífica.
A diferencia de otros programas existentes para la atención de jóvenes en similares circunstancias, el modelo se basó no sólo y principalmente en la formación artesanal, sino en incluir una educación para la paz, ofreciendo herramientas que les permitan enfrentar de mejor manera al medio familiar y social, caracterizado por la violencia tanto física como psicológica, a través de la enseñanza de un arte y el ejercicio de un trabajo colectivo que les lleva a aprender los valores de la solidaridad, respeto, cooperación y compañerismo. Se centra en las conclusiones de estudios como el realizado por UNESCO sobre trabajo infantil (En la calle con los niños, Ediciones UNESCO/BICE, 1995), La Casa del Niño Trabajador UNICEF Serie metodológica N, 9; Globalización y corporación, de Augusto De Venanzi (2002), entre otros, así como el concepto de Educación Confluente (Brown).
¿A qué apuntamos?
Desarrollar un modelo preventivo hacia la formación integral de adolescentes, para que aprendan a auto valorarse y puedan construir o perfilar su proyecto de vida.
Testimonios
“Ya no soy una muchacha grosera, antes cuando alguien me hacía algo, yo le respondía con malas palabra o peleaba, eso ya se me quitó porque los profesores hablaban conmigo y me decía que eso no estaba bien… en mi casa todo el mundo habla gritando, todo el mundo se altera” Anita. “Este proyecto realmente es la posibilidad de construir una esperanza por un mundo mejor, por fortalecer valores fundamentales de los seres humanos.”
Organización: Muchachos de la Calle
ONG creada con el objeto de propiciar la integración a su familia y su comunidad de muchachas
y muchachos que viven en la calle o hacen de ella su cotidianidad, a través de actividades de
estudio, trabajo y recreación que mejoren sus condiciones de vida y le permitan un comportamiento social eficaz.
Más información: